miércoles, 10 de marzo de 2010

Sigue la linea

Me pregunto en mi viejo sillón, cuando la luz entra por mi ventana, y escala de manera felina hasta alcanzar mis pies, que es esta sensación de libertad que camina mi piel?
Solo giro la cabeza hacia la ventana y me quedo atónito viendo en el cristal, mi propia imagen que se rie y me dice que salte con ella, que salte en la cama sin mas dilación, sin preguntas innecesarias.
Ahora vuelo a trompicones, y hago el movimiento del lapicero de un niño dibujando una cadena de montañas.

jueves, 18 de febrero de 2010

La mano que se mueve...

Hubo un tiempo en que lo único que sabía era blandir mi espada para luchar contra mis demonios. Aquello era como mantener una lucha mitológica, una lucha ancestral, una lucha que escarbaba en los pechos de las personas, más haya de dinero, de fama, de amor al prógimo, de sabiduría.
Y mirando mi techo, ese techo de Bergamo, donde en las noches donde no dormía, contemplaba mi espada que ya reposaba cerca de la cama y miraba el circo de títeres en donde vivian mis demonios.